1. David Hernández de la Fuente (UNED): Actualización científica y metodológica sobre el grupo de investigación: Fronteras en el Mundo Antiguo.
Actualización científica de la metodología y novedades del grupo de investigación. Se trata de llevar a cabo un estudio diacrónico y a la vez sincrónico del concepto de frontera y su significación entre las comunidades humanas que las integran en el marco cronológico de la antigüedad clásica y en el marco conceptual heredado de ella. Un análisis que trascienda su propio carácter físico y profundice a nivel cultural, religioso, filosófico y lingüístico, de tal manera que se corresponda con los variados campos de estudio que engloba el equipo investigador. En el estado actual de las investigaciones se pretende profundizar, como se verá en esta jornada, en el debate sobre el desarrollo de la llamada sociedad de frontera y sobre lo que a ella concierne en cuanto a la proliferación de toda clase de contactos en los márgenes del mundo clásico y allende sus frontera y también hacia el centro político y geográfico. Así, dicha enriquecedora dinámica de intercambios y transmisión de modelos será la que produzca las sucesivas transformaciones de la idea de límite y frontera herederas del mundo antiguo y que, a lo largo de la historia, acabarán por redefinirse hasta llegar a nuestros días.
Actualización científica de la metodología y novedades del grupo de investigación. Se trata de llevar a cabo un estudio diacrónico y a la vez sincrónico del concepto de frontera y su significación entre las comunidades humanas que las integran en el marco cronológico de la antigüedad clásica y en el marco conceptual heredado de ella. Un análisis que trascienda su propio carácter físico y profundice a nivel cultural, religioso, filosófico y lingüístico, de tal manera que se corresponda con los variados campos de estudio que engloba el equipo investigador. En el estado actual de las investigaciones se pretende profundizar, como se verá en esta jornada, en el debate sobre el desarrollo de la llamada sociedad de frontera y sobre lo que a ella concierne en cuanto a la proliferación de toda clase de contactos en los márgenes del mundo clásico y allende sus frontera y también hacia el centro político y geográfico. Así, dicha enriquecedora dinámica de intercambios y transmisión de modelos será la que produzca las sucesivas transformaciones de la idea de límite y frontera herederas del mundo antiguo y que, a lo largo de la historia, acabarán por redefinirse hasta llegar a nuestros días.
2. Mireia Movellán Luis (Doctoranda UCM): Las fronteras del ostracismo.
El ostracismo ateniense, instaurado por Clístenes —algo discutido por algunos investigadores—, fue una institución que podía implicar la decisión del exilio sobre un ciudadano. Se cuestionaba entre el pueblo si era necesario y se sometía a doble votación, una primera que decidía si habría ostracismo ese año y una segunda que decidía al expulsado en cuestión. Si había acuerdo, el sujeto abandonaría Atenas durante diez años tras los que se le permitía regresar sin menoscabo de sus derechos ciudadanos. Estamos ante un obligado exilio legitimado democráticamente por un pueblo que procedía de igual manera ante el homicidio, la traición o la tiranía.
El ostracismo ateniense, instaurado por Clístenes —algo discutido por algunos investigadores—, fue una institución que podía implicar la decisión del exilio sobre un ciudadano. Se cuestionaba entre el pueblo si era necesario y se sometía a doble votación, una primera que decidía si habría ostracismo ese año y una segunda que decidía al expulsado en cuestión. Si había acuerdo, el sujeto abandonaría Atenas durante diez años tras los que se le permitía regresar sin menoscabo de sus derechos ciudadanos. Estamos ante un obligado exilio legitimado democráticamente por un pueblo que procedía de igual manera ante el homicidio, la traición o la tiranía.
En lo referente a su
relación con la frontera, a su separación física de la comunidad, la ponente menciona
conceptos como ὅρος y ἐσχατιά. La primera voz tiene connotaciones acaso más
tangibles que hacen referencia desde a mojones o lindes hasta ríos, montes y templos
fronterizos. La segunda se refiere a nociones abstractas y su complejo
significado apunta hacia un terreno de nadie, un lugar donde no se puede
habitar si bien no equivale a un sitio necesariamente alejado.
Establecer límites entre los
territorios helenos en el periodo clásico es realmente incierto pues se
encontraban en constante interacción y conflicto. Así, para una mayor
constatación los ostraquizados debían abandonar el Ática a través de la
frontera por antonomasia: el mar. Más tarde se impondrían ciertas restricciones
geográficas del tipo de cabos e islas a partir de las cuales aquéllos podrían mantenerse
al margen de la comunidad política y luego, en su caso, ser reintegrados a ella.
Debate final.
4. Óscar Martínez García (SEEC Madrid): Akritas: héroes de frontera.
La expansión árabe desde 627 por el área mesopotámica produjo una serie de tensiones fronterizas con los bizantinos con hitos como el sitio de Constantinopla de 717-718 o la toma de Amurio en 838. Tras estos lances entre árabes y bizantinos se llevó a cabo una reestructuración interna del Imperio Bizantino surgiendo las circunscripciones o themata gobernadas por estrategos con poder civil y militar. Sus ejércitos estaban compuestos por propietarios-soldado que defendían con fiereza sus posesiones, los akritai. El akritês era el habitante periférico del Imperio, desde el Mar Negro hasta los desiertos de Siria.
De esta manera estaba servido el escenario en el cual se generarían ciclos de poemas heroicos como el de Digenis Akritas o la Canción de Armuris. Se trata de epopeyas, también denominadas canciones acríticas, compuestas hacia los siglos IX y X y en las que se mezclaba la historia con la leyenda.
Armuris, un joven que deseaba luchar, no solo se convertirá, en su corto poema, en el vengador de los derrotados en Amurio, sino que, además, liberará a su padre de un emir sirio. En el cantar se refleja una Mesopotamia árabe y se advierte en sus últimos versos la posibilidad de convivencia y concordia entre los pueblos de las fronteras, algo que ocurrirá en la epopeya que protagoniza Digenis, el de doble estirpe —cristiano-musulmán. Héroe al estilo aquíleo que personifica al colectivo akrita, descendiente de una poderosa familia de estrategos de la periferia y guerrero capaz de oponerse al mismo emperador —a quien en alguna versión llega a asesinar—, Digenis simboliza las pretensiones independentistas de la nobleza rural de estos themata fronterizos y encarna como pocos héroes literarios la problemática de la sociedad de frontera y sus tensiones con la capital y con los pueblos del otro lado.
Debate final.
La expansión árabe desde 627 por el área mesopotámica produjo una serie de tensiones fronterizas con los bizantinos con hitos como el sitio de Constantinopla de 717-718 o la toma de Amurio en 838. Tras estos lances entre árabes y bizantinos se llevó a cabo una reestructuración interna del Imperio Bizantino surgiendo las circunscripciones o themata gobernadas por estrategos con poder civil y militar. Sus ejércitos estaban compuestos por propietarios-soldado que defendían con fiereza sus posesiones, los akritai. El akritês era el habitante periférico del Imperio, desde el Mar Negro hasta los desiertos de Siria.
De esta manera estaba servido el escenario en el cual se generarían ciclos de poemas heroicos como el de Digenis Akritas o la Canción de Armuris. Se trata de epopeyas, también denominadas canciones acríticas, compuestas hacia los siglos IX y X y en las que se mezclaba la historia con la leyenda.
Armuris, un joven que deseaba luchar, no solo se convertirá, en su corto poema, en el vengador de los derrotados en Amurio, sino que, además, liberará a su padre de un emir sirio. En el cantar se refleja una Mesopotamia árabe y se advierte en sus últimos versos la posibilidad de convivencia y concordia entre los pueblos de las fronteras, algo que ocurrirá en la epopeya que protagoniza Digenis, el de doble estirpe —cristiano-musulmán. Héroe al estilo aquíleo que personifica al colectivo akrita, descendiente de una poderosa familia de estrategos de la periferia y guerrero capaz de oponerse al mismo emperador —a quien en alguna versión llega a asesinar—, Digenis simboliza las pretensiones independentistas de la nobleza rural de estos themata fronterizos y encarna como pocos héroes literarios la problemática de la sociedad de frontera y sus tensiones con la capital y con los pueblos del otro lado.
Debate final.
5. Eike Faber (Universidad de Potsdam): Más allá de las fronteras del Imperio. Atila y el Imperium Romanum.
En las fronteras del
Imperio Romano tardío se daban, a uno y otro lado, distintas formas de vida destacando
el contraste entre el estilo de vida sedentario de los romanos y el nómada de
los bárbaros. Algunos investigadores han llevado al estructuralismo esta
dicotomía para hablar, por un lado, del espacio
liso o suave, caracterizado por
los habitantes de la estepa asiática en continuo movimiento y sin efectuar
cambios notables sobre el medio que les rodea; y, por otro lado, del espacio estriado para significar la
civilización sedentaria, que hace uso del medio en el que se instala
transformándolo a su medida. El autor propone la analogía del desarrollo de los
hunos desde un espacio liso a otro estriado, no en vano causa de su
desarticulación.
Los bárbaros por
excelencia de la Antigüedad Tardía son los hunos y con ellos su rey Atila. Para
su conocimiento contamos con fuentes de distinto calado como Amiano Marcelino y
Prisco de Panio. El primero nos describe bajo el clásico arquetipo de bárbaros un pueblo huno de presencia
aterradora, salvaje y primitivo, que desconoce el fuego y come carne cruda, en un
constante errar siguiendo a su líder junto a sus mujeres, hijos y mayores; mantienen
devoción por los caballos los cuales utilizan en unas exitosas tácticas de
guerra basadas en repentinos ataques con arcos. El segundo constituye un
valioso documento pues narra en primera persona la embajada en la que participó
en 448, enviada por Teodosio II a la corte de Atila en Panonia, un viaje al
otro lado del limes descrito con el
asombro del que se adentra en lo extraño.
Tras la indecisa Batalla
de los Campos Cataláunicos el poder de Atila, y en consecuencia el de los
hunos, disminuyó hasta desaparecer con su muerte en 453. El modelo nómada
—espacio liso— se transformó en sedentario —espacio estriado— quebrándose el
sostenimiento del pueblo huno cuando Constantinopla se negó a su mantenimiento.
Debate final y general de
la mañana.
6. Stefan Schlelein (Universidad Humboldt de Berlín): Al borde de la barbarie. Sobre la construcción flexible de 'fronteras culturales' en la época del humanismo.
El historiador latino Tácito
describe los límites con Germania y entre sus distintas tribus mediante ríos,
montes, el océano y el miedo mutuo. Así, el modelo de frontera entre pueblos se
construye gracias a la ayuda de recursos tanto geográficos como culturales.
Serán los humanistas, a partir del siglo XIV, quienes tomarán estas ideas para
confeccionar sus tratados citando además a los autores antiguos como prueba de
veracidad histórica.
El ponente, siguiendo la
historiografía humanista de comienzos de siglo XVI, expone los tres tipos de
fronteras que encuentra en los textos: entre pueblos, etnias y países; entre
credos; y entre la clase erudita y “lo bárbaro”.
En primer lugar, todo
tratado histórico humanista comenzaba con una descripción del país en cuestión,
algo que los clásicos solían omitir con lo que aquéllos acudían a paralelos en
géneros afines como Julio César y sus Comentarii
de bello gallico; muchas veces la dinámica de frontera genera la duda de
hasta dónde llega ésta debido a la compleja distinción política de la cultural.
En segundo lugar, la religión siempre ha constituido un factor de separación
siendo paradigmática la España de la Reconquista y su discriminación al
no-cristiano; tras la Reforma protestante la distinción se trasladará al seno
del propio cristianismo. Finalmente, el terreno de la erudición clásica también
conllevó sus líneas divisorias, si bien de manera más artificial, entre el
hombre culto y el iletrado o “bárbaro”. La erudición que se convirtió en
sinónimo de estatus social, algo de suma importancia en una sociedad
estratificada como la de la baja edad media y la edad moderna; resulta curioso
la menor importancia del griego respecto al latín, que solo se estudiaba bajo
traducciones latinas, llegando incluso a asociarle con la herejía como sucedió
en el caso español.
Debate final.
Las órdenes militares son
las instituciones fronterizas por excelencia de la Edad Media. Los
investigadores tienen la suerte de disponer de abundantes fuentes conservadas
además de un notable cantidad de historiografía sobre dicha materia.
El ponente expone en qué
sentido la frontera medieval no era lineal sino que constituía más bien una determinada
extensión de terreno en constante evolución. Así, en la Alta Edad Media se
puede hablar de regiones o marcas; en
la Plena Edad Media se reducen al nivel de franjas y surgen las instituciones
fronterizas en cuestión; y en la Baja Edad Media, en consonancia con la
aparición del incipiente estado moderno soberano y fiscalizado, adquieren un
carácter más rectilíneo. Además de las divisiones políticas existían unas más
acentuadas divisiones culturales en relación con el credo religioso.
Las órdenes militares eran
instituciones militares y religiosas a la par originadas en Tierra Santa y
encargadas de la defensa armada de los límites de la cristiandad con los
paganos. En teoría dependían directamente del papa pero no en pocas ocasiones
terminaron por establecer sus propios estados soberanos. Desde el Mediterráneo
se extendieron hacia otros límites de la cristiandad como el Báltico —la Orden
Teutónica— y la Península Ibérica —donde destacan las Órdenes de Santiago, Calatrava,
Hospital o Alcántara.
La Península Ibérica se
erige en la Edad Media como paradigma de sociedad de frontera con el Islam. Las
órdenes aparecieron en la segunda mitad del siglo XII estableciéndose en la
secular frontera entre el Tajo y el Guadiana para consagrarse como adalides de
su defensa y repoblación desde plazas fuertes como Calatrava o Cáceres. Con el
avance de la Reconquista, las aristocratizadas órdenes perdieron fuerza y una
vez tomada Granada perdieron su razón de ser al desaparecer la frontera con el
Islam, pasando a formar parte como un órgano más de la Monarquía Hispánica.
Debate final.
8. David Álvarez Jiménez (Universidad Internacional de La Rioja): El mar, la última frontera.
El estudio del mar en la
Antigüedad tiene una notable complejidad debida a la escasez de fuentes
literarias y a las dificultades de los trabajos arqueológicos por los cambios
geográficos producidos en las costas. El ponente expone una relación
historiográfica sobre la concepción del mar en las fuentes clásicas y sus
diferentes significados como frontera.
El ponente describe el mar
como medio de transporte, conflicto e intercambio frecuentemente utilizado en
la Antigüedad. En ese sentido, el Mediterráneo constituye un territorio de
constante trasiego de comerciantes y armadas. No obstante, a pesar de que existen
menciones relacionándolo con sus bondades para la salud o en metáforas sobre el
ámbito amoroso o la propia vida, en mayor grado lo encontramos normalmente asociado
de manera negativa y desconfiada al peligro de una navegación expuesta a
múltiples adversidades, solo posible durante la mitad del año y que implicaba
el temido riesgo de naufragio y pérdida del alma ante el cuerpo insepulto y
abandonado a su suerte.
Al Mare Nostrum romano tan solo le hacía sombra una intensa piratería
que nunca llegó a desaparecer de manera definitiva. Asimismo, su onomástica no
implicaba una especial afección sino que era la manera de diferenciarlo del
Atlántico. También los latinos recelaban de las singladuras marinas prefiriendo
la estabilidad de las tierras continentales. Se vinculaba a los marinos con el
apátrida cosmopolitismo portuario alejado del cual tan orgullosamente proclamaba
Cicerón que Roma había sido fundada. Incluso la armada poseía una menor
consideración, muchas veces capitaneada por libertos a los que se les negaba la
paga de veteranos. Sin embargo, nada de esto es óbice para que obtuvieran la
hegemonía sobre todo el Mediterráneo y las costas atlánticas noroccidentales.
Debate final.
9. Ana de Francisco (Doctoranda UCM): Frontera y nomadismo en la Cirenaica romana.
La ponente se centra en el
análisis de la provincia romana de la Cirenaica, de geografía desértica entre
zonas rocosas y wadis, que no contaba con un limes definido. El periodo entre los siglos IV y V de nuestra era es
en el que mejor se conoce gracias a fuentes literarias como Sinesio de Cirene
así como arqueológicas a través de restos de fortalezas y granjas fronterizas.
Destacan estas granjas
fortificadas fronterizas o Gasr, que
aparecen, aisladas en terrenos elevados y aptos para el cultivo de vid y olivo,
hacia el siglo III para hacer frente a las incursiones de tribus nómadas y se
hacen predominantes como forma de asentamiento a lo largo de la siguiente
centuria. Se puede trazar cierta analogía con las villae coetáneas pues parece que pertenecían a una aristocracia
local latifundista que acogía como trabajadores a campesinos libres.
Había pocos efectivos
militares romanos en la zona —los limitanei—
y además se encontraban dispersos en variadas clases de baluartes que contaban
con algunas zonas de muro y foso —fossatum.
Se trata de lugares desde los que controlaban el acceso al territorio
romano de los grupos nómadas que habitaban en el desierto y hacían frente a las
fugaces razzias de tribus belicosas como los ausuriani.
Con todo, estamos ante un
concepto de frontera concebida como lugar de control y gestión de tránsito,
alejada del término “infranqueable” y abierta a la enriquecedora dinámica entre
militares, nómadas y sedentarios. Se podría decir que la Cireinaca en sí representaba
toda ella una cierta aproximación a la idea de limes.
Debate final.
En el siglo III se produjo
una gran crisis en el Imperio Romano que afectó a todos los ámbitos de la
sociedad, desde el castrense con emperadores sucediéndose tras violentos
levantamientos y un limes siendo
cruzado por tribus bárbaras hasta el artístico, en cuyo análisis
histórico-artístico e histórico-cultural se centra el ponente.
Tuvo lugar a lo largo de
esta centuria una serie de transformaciones en el plano artístico que acabarían
con el arte clásico de la estatuaria imperial para generar un nuevo estilo, el
“nuevo idioma” del que hablaba Peter Brown, que será desde el que parta el desarrollo
del arte bizantino y medieval europeo. Estos cambios estétitcos ocasionaron un nuevo
paradigma tendente hacia la línea y el expresionismo que dejó atrás el
naturalismo y la búsqueda de la belleza canónica que otorgaba el trabajo del
volumen.
Se expone en la ponencia cómo
la frontera entre Galia y Germania pudo ser un área de cruces de influencias desde
la que las nuevas formas de estatuaria se irradiaran a todo el Imperio. La
mezcla de tipos romanos oficiales con herencias indígenas célticas o prerromanas
se dirigiría además a la existencia de un arte de élite y otro más popular o
“plebeyo” con temas más profanos como estelas funerarias o imágenes de oficios
artesanos.
Es en el desarrollo de la
retratística imperial donde podemos observar más claramente estas
modificaciones de estilo en las que la técnica se encaminó por programas que
enfatizaban la seriedad y el compromiso en la imagen del gobernante como aquel que
estaba al cargo de solucionar los problemas del Imperio. Se constata así un
recorrido de ningún modo lineal sino con oscilaciones e idas y venidas al
clasicismo —e.g. Constantino— y con aproximaciones a otros cánones artísticos
como el egipcio y con una característica ambivalencia entre herencia clásica e
influencias locales, motivos paganos y nuevos caracteres cristianos.
Debate final.
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